Total, que aqui andamos que si sacando los disfraces, que si buscando los bichos de plástico, tallando las calabazas, todo sea por pasar un buen rato.
Y mientras tanto, que no falte el trabajo. Primero hemos preparado unas galletitas para que lleven los peques al cole, de chocolate y de mantequilla.
Ellos encantados, y sus compis de clase, pues también... aunque alguno no lo tenía muy claro, y preguntaba si era su cumpleaños, jeje.
El caso es que nos hartamos de hacer y envolver galletas, a 26 niños por clase, dos clases, y dos galletas por niño, pues echar la cuenta... esto parecía la fábrica de Fontaneda :-P
Pero bueno, las galletas se entregaron bien, no hubo roturas, ni incidencias de inigún tipo, así que todo perfecto.
Y también nos han hecho un encargo, una tarta mitad de cumpleaños y mitad de Halloween, para un chico de 8 años, al que le gustan las cosas terroríficas y monstruosas.
Dicho y hecho, una tarta estilo wonky de dos pisos, con todo lo relativo a esta fecha. Sus calabacitas, sus calaveras, un buen cementerio de lo más ambientado... y hasta La Parca presidiendo el pastel... ¡¡¡Uuuuuhhhhhh!!!
Solo espero no habernos pasado con el lado tétrico, que tampoco es plan de atemorizar a los invitados...
Pero hay que reconocer que la figua de la Parca ha quedado de lo más terrorífica..., vamos, que si me la encuentro por un callejón oscuro ( o con luz, casi peor) echo a correr y no paro hasta Sebastopol por lo menos.
¡¡A DISFRUTAR ESTA NOCHE, Y CUIDADO CON LAS CHUCHES!!
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