sábado, 23 de marzo de 2013

Galletas decoradas de Pascua

Esta mañana nos hemos despertado con un sonido extraño, una especie de mordisqueo suave y repetitivo que se oía al otro lado de la casa, en el salón. De vez en cuando, se alternaba con un ruido amortiguado de carreras.

Así que, muy, muy intrigados, nos hemos levantado y dirigido hacia allí de puntillas, para no meter ruido, y nos hemos llevado una sorpresa mayúscula.

¡¡Había conejitos de colores corriendo alocadamente por el salón!! Preciosos conejitos de color rosa, azul, blanco, amarillo y verde, que nos habían traído unos coloridos huevos de Pascua.




Los niños estaban como locos, y querían quedárselos como mascotas. Pero su padre, mucho más práctico ya estaba maquinando prepararlos con un arrocito muy sabroso para la comida.

La verdad es que no me parecía un final muy digno para unos conejitos de Pascua tan monos, tan coloridos y aterciopelados, y así se lo hice saber.



¡Menos mal que ni los niños, ni los conejitos le oyeron, sino se habrían quedado inevitablemente traumatizados para la posteridad!



Lo que también tenía claro, a pesar del empeño de los peques, era que de ninguna manera podíamos quedárnoslos en casa. Ni hablar, bastante follón tenemos ya con los que estamos, para seguir añadiendo habitantes a esta casa... ni de broma.



Y los conejitos nos miraban con ojitos tiernos, como intentando darnos pena... seguro que se olían que algo malo podía ocurrir.


¡Hasta un pollito se nos había colado en la reunión improvisada, entre tanto conejito!



Pero pensando, pensando, e intentando encontrar una solución satisfactoria para todos, recordé que la semana anterior había sido el cumpleaños de una buena amiga, que ya tiene un hamster y una casita con un gran patio, ideal para tanto conejito.


Así que dicho y hecho, pusimos a los conejitos en una bonita cesta, y se los llevamos a nuestra amiga, que se quedó encantada con la sorpresa.





¡Que paséis unas estupendas vacaciones! Y si llueve mucho, siempre podéis probar a preparar unas ricas galletas.

Nos vemos,

sábado, 16 de marzo de 2013

Contra los temporales de levante...¡macarons!

¡Vaya racha de temporales de levante que llevamos este año por el fondo sur! No hacía más que pasar uno, y ya teníamos encima el siguiente. Que barbaridad, que ganitas de que llegue ya el buen tiempo...

 Así que , como os podéis imaginar hemos tenido muuuuucho tiempo para estar en casa, y ya se sabe, en cuanto empiezo a dar vueltas por la casa, enseguida estoy maquinando que cosa rica me puedo poner a hacer. Y echando un vistazo a los libros de repostería que tengo siempre a mano, me decidí por el de Annie Rigg, y sus maravillosos macarons.

Como tenía ya preparada una crema de caramelo salada, me decidí por este sabor, que me encaaaaaaaaaaanta, mmmmmm me comía el bote a cucharadas...

Pero no, no lo he hecho, y finalmente he preparado los macarons.



¿Que puedo deciros? Estaban de muerte, una auténtica delicia. 



Lo malo, es que como son tan ligeros (porque a pesar de la almendra, tienen una textura muy esponjosa) te los comes sin enterarte, y claro, las calorías no tienen piedad. Así que cuidado, y no os dejéis llevar por la pasión, comerlos con moderación, que el veranito está a la vuelta de la esquina, jeje. 


Y una vez que ya os he puesto los dientes largos, por si os apetece poneros manos a la obra, os pongo la receta. Aunque no sin antes advertiros que estos dulces tienen su complicación, y que es normal que no salgan bien las primeras veces que se hacen.



E incluso cuando ya les has pillado el punto, cualquier pequeño despiste te lleva sin remedio al fracaso, por lo que os recomiendo que cuando los vayáis a preparar, estéis totalmente pendientes de ellos, y no os distraigáis con otras cosas.

Dicho lo cual, ahí va lo prometido,

 Ingredientes para los macarons:

200 g de azúcar glas
125 g de almendras molidas
3 claras de huevo
1/2 cucharadita de crémor tártaro
35 g de azúcar
colorante en gel
1 cucharadita vainilla de Madagascar 

También vais a necesitar una manga pastelera con una boquilla redonda con una apertura de diámetro alrededor de 1 cm, y papel de hornear antiadherente o láminas de teflón para forrar la bandeja del horno.

Ingredientes para la crema:

100 g de mantequilla a Tª ambiente
100 g de queso crema (tipo philadelphia) a Tª ambiente
3 o 4 cucharadas de crema de caramelo salada
200 g de azúcar glas tamizado

Primero preparamos la crema. Batimos muy bien la mantequilla con el queso crema, a velocidad media. Cuando la crema está homogénea, añadimos la crema de caramelo salada, y seguimos batiendo hasta integrar totalmente. Por último, añadimos poco a poco el azúcar glas, sin dejar de batir, hasta tener una crema fina pero consistente. Reservamos.

Para los macarons, primero picamos bien las almendras molidas, para dejarlas aún más finas. Las mezclamos con el azúcar glas, y tamizamos la mezcla 3 veces.
Después ponemos las claras en el bowl de la batidora, con el crémor tártaro, y batimos a velocidad baja 1 minuto, luego añadimos los 35 g de azúcar, batimos 3 minutos a velocidad media-baja (3) y después otros 3 minutos a velocidad media-alta (6). Las claras ya tienen que están firmes. Añadimos la vainilla y el colorante, y batimos otro poco, hasta que esté de un color homogéneo, recogiendo lo que quede en los bordes con la espátula, para que se mezcle bien.

Añadimos la mezcla de azúcar y almendra en tres veces, y lo mezclamos con las claras con movimientos envolventes, muy suavemente, para que las claras no se bajen.

Metemos la mezcla en la manga pastelera, y vamos haciendo unos montoncitos de unos 3 cm de diámetro, dejando entre ellos una separación de unos 2 cm.

Una vez puestos todos en la bandeja, le damos unos golpecitos contra la encimera, para sacar el aire, y pinchamos con un palillo de dientes las burbujas que hayan podido formarse. Dejamos reposar los macarons hasta que la superficie no esté pegajosa (al tocar levemente no se quedan pegados). Esto puede llevar desde 15 minutos en verano, hasta cerca de una hora en invierno y con mucha humedad ambiente. Precalentamos el horno 10 minutos a unos 150º si es con el aire (y unos 160º sin aire), y horneamos los macarons unos 
12- 14 minutos.

Los dejamos enfriar sobre la bandeja, y después, con mucho cuidado, los despegamos del papel. Cogemos las tapas de dos en dos, y las rellenamos con la crema que preparamos antes.

Dejamos en la nevera, mejor de un día para otro. Consumir antes de 4-5 días.

Espero que os animéis y nos comentéis que tal os han salido. 

¡Nos vemos!