¡Por fin ha llegado el otoño! Que bien, me encanta esta estación, con sus gamas de colores infinitos, con el olor a tierra mojada, las tardes aún soleadas, los bosques llenos de setas, castañas...
Donde vivimos ahora, la verdad es que apenas se nota, porque pasamos casi directamente del verano al invierno, así que os pongo algunas imágenes de mi tierra, para que veáis lo bonito que es el otoño en Asturias.
Y como con semejante colorido es imposible no inspirarse, pues la cabecita se nos ha puesto en marcha, buscando alguna aplicación comestible, no podía ser de otra manera.
Hemos intentado recrear estas tonalidades de colores en unas galletas decoradas, y a la vez hemos querido darles un poco de textura, para hacerlas más reales.
Primero hemos dibujado la hoja con glasa de distintos colores para cada tipo de galleta y la hemos perfilado con glasa marrón.
Luego hemos matizado el color con colorantes en polvo.
Aunque como siempre, lo más difícil ha sido que los niños no se comieran las galletas antes de hacerles las fotos ;-)
Ya que no tenemos hayedos ni castaños por aquí, al menos podemos comernos unas cuantas hojas...
Muchas gracias por seguirnos, ¡y recordad que Halloween está a la vuelta de la esquina!
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